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6. Patrones para cerezas (árbol de la cereza y picota)
- Francos (Prunus avium)
- Santa Lucía (Prunus mahaleb)
- Guindo
Más recientemente, se han empezado a difundir nuevos patrones: la selección de Masto de Montaña "Pilarico", la de Santa Lucía "Pontaleb" (reproducido por semilla), las selecciones "MaxMa 14" y "Maxma 97" (híbridos de P. avium x P. mahaleb), el P. cerasus "CAB 6P" y el ciruelo "Adara".
7. Plantación de cerezas (árbol de la cereza y picota)
Las densidades de plantación puede oscilar entre 350-500 árboles/ha en secano y los 600-900 árboles/ha en regadío.
Los marcos de plantación se diseñan en función del vigor de la planta (a mayor vigor disminuye la densidad de plantación).
En el Valle de Jerte con patrones francos formados en vaso son frecuentes los marcos de 9 x 9, e incluso densidades más bajas.
Para los patrones Santa Lucía se suelen utilizar marcos reales de 6 x 6 y 7 x 7. Solo con algunos guindos se pueden emplear marcos de 3 x 1, con formaciones en seto fáciles de conducir al principio, apareciendo problemas posteriormente debido a la elevada densidad.
Las estrategias a llevar a cabo para controlar el vigor son las siguientes: no abonar ni regar en exceso, realizar un corte radical con sierra mecánica (topping) cuando superen los 2,5 m de altura (aunque el árbol sufre mucho, sigue dando producción en las partes bajas) y siempre que sea posible utilizar patrones que disminuyan el vigor de la variedad.
8. Abonado de la cereza y picota
Es uno de los frutales menos exigentes en fertilizantes.
En general, se prefiere reducir las aportaciones de nitrógeno y aumentar las de potasio, sin embargo, como ocurre con la mayoría de los frutales, no parece necesitar grandes aportes de fósforo.
Durante el periodo de formación se abonará a base de nitrógeno, fósforo y potasio en forma equilibrada, y a partir de la entrada en fructificación, aumentar la dosis de fósforo y potasio y reducir el nitrógeno.
Los fertilizantes fosfatados y potásicos se aplicarán a la caída de la hoja y los nitrogenados antes de la entrada en vegetación.
Las clorosis férricas son frecuentes en suelos calizos, por lo que en dichas condiciones es recomendable la utilización de patrones Santa Lucía y la aplicación de quelatos de hierro.
También son frecuentes las deficiencias de manganeso y zinc.
El aporte de calcio es frecuente para evitar problemas de agrietado, ya que reduce la absorción de agua, aunque también se pueden llevar a cabo otras estrategias de forma conjunta o independiente como son la selección de variedades tolerantes y la aplicación de giberelinas para retrasar la maduración y poder escapar a las lluvias.
9. Riego del cerezo (árbol de la cereza y picota)
Las necesidades hídricas del cerezo son muy inferiores respecto a la mayoría de las especies frutales.
Dependiendo de la variedad y del patrón utilizados, puede cultivarse tanto en secano fresco como en regadío, en este último cuidando no regar en exceso para evitar los problemas de agrietado, con aportes de1.000-1.200 mm/año.
Los cerezos tienden a ser sensibles a cantidades excesivas de boro, cloruros, sodio y sales totales en el agua de riego.
Los riegos deben suprimirse por completo poco antes de entrar el fruto en envero, ya que de abusar de ellos puede provocar el agrietamiento del fruto.
10. Poda del cerezo (árbol de la cereza y picota)
Otro elemento de gran importancia para el mantenimiento y la buena producción del cerezo es la poda, que junto con la fertilización y el riego, constituye el pilar básico de la salud del frutal.
La finalidad de la poda es la de conseguir la adecuada estructura del árbol, para regular la vegetación y la estructura productiva de éste e iluminar el interior de la copa.Es una especie que en general responde muy mal a la poda de formación, ya que sufre bastante. Lo normal es la formación en vaso o pirámide con forma más o menos libre, siendo más adecuada la formación en pirámide debido a la tendencia apical del árbol y a que el vaso suele retrasar más la entrada en producción.
El momento oportuno para la poda es tan pronto se haya despojado de las hojas, y en último caso momentos antes de entrar en vegetación, ya que entonces cicatrizarán mejor las heridas.
La poda de regeneración no debe ser muy intensa y debe favorecerse la formación principalmente de ramilletes de mayo o de chifonas, mediante la reducción de ramos mixtos vigorosos. El aclareo de frutos no resulta rentable.
En las nuevas plantaciones, se ha comenzado a difundir un nuevo sistema llamado "vaso bajo" (Spanish bush): consiste en el descabezamiento inicial del plantón, en la primavera de su primer verde, aproximadamente a unos 25-35 cm de altura con respecto al suelo.
Este corte provoca la emisión de varias ramas principales que mediante sucesivos despuntes en verde, originan una copa de aspecto globoso. A continuación, se van eliminando algunas ramas por aclareo suave para facilitar la iluminación y aireación del árbol.
También se realiza el arqueado de algunas ramas para inducir una mayor fructificación.
En los años sucesivos, ya en plena producción, la poda es muy ligera, excepto en altura. Mediante cortes mecánicos o manuales, realizados a finales de verano, se frena el desarrollo del árbol y se limita su altura máxima a 2.5 m.
11. Plagas de cerezo (árbol de la cereza y picota)
- Pájaros (petirrojos, estorninos y otros pájaros)
- Piojo de San José (Quadraspidiotus perniciosus)
- Pulgón negro (Myzus cerasi)
- Mosca de las cerezas (Rhagoletis cerasi)
- Anthonomus rectirostris
12. Recolección de cerezas y picotas
Una madurez aceptable exige que la superficie completa de la cereza tenga un mínimo de color rojo claro y/o 14 a 16% de sólidos solubles, dependiendo de la variedad.
Se recoge con el pedicelo intacto para minimizar el potencial de pudrición de la fruta por hongos.
Las cerezas son recogidas lo más maduras posible, porque el azúcar no aumenta después de la recolección.
13. Multiplicación del cerezo (árbol de la cereza y picota)
Tradicionalmente la propagación se realizaba mediante injerto sobre patrón obtenido a partir de semilla, con la ventaja de que la semilla evitaba la transmisión de enfermedades, pero con el inconveniente de que se obtenían patrones vigorosos y heterogéneos.
A causa de su sensibilidad a la gomosis, al realizar el injerto de yema, será mejor hacer los cortes en posición invertida, para evitar que la yema quede ahogada por una afluencia gomosa.
Actualmente se tiende a realizar el injerto sobre patrones clonales de guindo, Santa Lucía y cerezo. Tras un año de cría del patrón se realiza el injerto y se deja crecer un año más antes de llevar a cabo el trasplante (patrón con d
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