miércoles, 14 de septiembre de 2011

plantas de damascos


 Pulgones. 
http://www.infoagro.com/frutas/frutas_tradici
Su nombre científico es Prunus armeniaca.
CONDICIONES AGROECOLÓGICAS PARA UN DESARROLLO ADECUADO
 
TEMPERATURA
El damasco es un cultivo de clima templado a templado-frío. Para una buena producción de fruta requiere acumular en el
año normalmente entre 300 y 800 horas de frío.
Un factor importante son las heladas primaverales que pueden afectar la floración. Esto se debe a que en general el
damasco florece muy tempranamente, cuando todavía existe un riesgo importante de heladas tardías. La sensibilidad a
las mismas aumenta en la medida que las yemas florales se desarrollan y transforman en flor y luego en pequeño fruto.
HUMEDAD
Hay que regar luego de períodos relativamente prolongados sin precipitaciones, sobretodo después de la cosecha,
cuando se están formando las yemas florales del año siguiente. Si falta agua en ese momento, es muy posible que la
siguiente cosecha sea muy pobre. Este problema se llama “vecería” o “añerismo” y es común que aparezca en el cultivo
de damasco.
Los cultivares tardíos son particularmente dependientes de buena cantidad de agua durante la maduración de sus frutos.
Esto se debe a que en ese momento es normal que también se estén formando las yemas florales de la siguiente
temporada. Entonces, frutos y yemas florales compiten por el agua.
RADIACIÓN SOLAR
Es importante que las ramas y el tronco no estén muy expuestos a la luz directa del sol y que la luz pueda penetrar bien
dentro de la copa. Finalmente, se recomienda evitar zonas con mucha sombra.
SUELO
Los suelos francos a franco-arenosos, profundos y sueltos son los mejores para esta especie. El pH óptimo del suelo es
7, es decir, neutro. Se adapta a suelos no muy fértiles, pero buenos niveles de materia orgánica favorecen el crecimiento
de esta especie. Por último, el damasco es una especie sensible a la presencia de sales en el suelo.
RECOMENDACIONES PARA OBTENER UN FRUTO DE CALIDAD
 
SELECCIÓN DEL PIE
En el caso de tratarse de pies francos se obtienen por semilla. Pueden obtenerse pies otras especies como el ciruelo,
duraznero o almendro. También existen pies híbridos que son una cruza entre dos especies de frutales distintas.
El pie de duraznero se utiliza para suelos delgados y algo ácidos. También para condiciones en las que ciertas
enfermedades están presentes. Además, le quita vigor a la variedad a injertar.  OBTENCIÓN DE UN PIE
La semilla  que dará origen a los pies se encuentra dentro del carozo. Para que pueda germinar debemos eliminar la
pulpa del mismo, lavarla bien y luego orearla a la sombra hasta la época de siembra.
Iniciamos la siembra de los carozos a mediados de otoño. Lo primero que hacemos es sumergirlos en agua para
favorecer la germinación. En el almácigo los pies van a pasar su primera etapa de vida.
Se deben eliminar las malezas y puntear la tierra. La distancia entre carozos será de 5 a 10 centímetros y entre hileras
de 1 a 1,2 metros. La profundidad de siembra es de unos 3 a 4 centímetros. Hasta fines del invierno y principios de
primavera, la semilla cubrirá sus requisitos de frío sin el que no puede germinar.
Una alternativa es la siembra de la semilla, sin el carozo. Si optamos por esta manera, debemos poner las semillas unas
dos semanas en la heladera para que cubran sus requisitos de frío. Como el proceso de germinación de esta manera es
más veloz, podemos sembrar desde septiembre hasta marzo.
Luego debemos regar periódicamente para evitar que mueran las plantitas. Raleando seleccionaremos las mejores
plantas de modo que la distancia en la fila sea de 20 a 30 centímetros entre plantas. Los brotes que salgan desde el
cuello del tallo y hasta los 25 centímetros de altura los eliminamos.
SELECCIÓN DE LA COPA
Recordemos que es importante que floración no coincida con la fecha media de última helada a principios de la
primavera. Esto se debe a que son más sensibles que otros frutales porque sus yemas brotan muy precozmente.
El damasco tiene problemas de caída de yemas cuando en los meses de junio y julio no hace suficiente frío.
Las variedades comerciales que tienen mayor difusión pueden separarse en tres grandes grupos:
 Maduración temprana: Entre las variedades de este grupo podemos encontrar “Bulida”, “Mitger”, “Bandera
española”, “Katy”, “Castelbrite”, “Quardi”, “Poppy”, “Harcot” y “Tirynthos”.
 Maduración intermedia: Algunas de las variedades de este grupo son “Canino”, “Damasca”, “Wenatchee”,
“Modesto”, “Moopark”, “Harogem”, “Goldbar”, “Tomcot” y “Goldstrike”.
 Maduración tardía: “Rojo de Rosellón”, “Paviot”, “Royal”, “Tilton” y “Royal Brillante”. Por último, existen injertos que son híbridos. Estos son cruzas entre damasco y ciruelo. Entre ellos se pueden citar a:
“Plumcot” y “Dapple Dancy”.
OBTENCIÓN DEL INJERTO E INJERTACIÓN
Recordamos que el injerto lo obtenemos de un árbol sano que produce buena calidad y cantidad de fruta. De este árbol
obtendremos las ramas crecidas en la última temporada que tienen las yemas que necesitamos. Básicamente, hay dos
tipos de yemas: 1) de madera que son para injertar y 2) fructíferas.
El primer tipo de yemas da brotes y son más puntiagudas y las del segundo tipo son las que florecerán y darán fruta.
Estas son más grandes y redondeadas. Las yemas pueden estar solas o agrupadas. La combinación típica es una de
madera rodeada de dos fructíferas, pero puede ser variable.
Una vez obtenidas las ramas que tienen las yemas de madera, elegimos las que no tengan indicios de brotación. Vamos
a preferir las yemas de la parte media de la rama porque son de mejor calidad. Eliminamos las láminas de las hojas y las
yemas fructíferas acompañantes si las hay. Hacemos esto pero dejamos los pecíolos unidos a la rama. El diámetro o grosor de la rama yemera debe estar entre 1 y 2,5 centímetros. El momento para injertar más comúnmente
utilizado es a fines del verano-principios del otoño. Este es el tipo de injerto que se muestra en las figuras y se llama “a
yema dormida”. En este momento del año hace falta deshojar las ramas yemeras, pero dejando los pecíolos, es decir,
los tallitos que las sostienen.
Si se hace a fines del invierno-principios de primavera se llama “a yema despierta” o “a yema velando”. En este caso,
se la injerta justo en el momento en que las condiciones del clima hacen que brote inmediatamente.
A continuación se realiza un corte transversal a 1 o 1,5 centímetros por encima de la yema y luego con un cuchillo afilado
o una navaja un corte oblicuo a lo largo de la rama desde 1 o 1,5 centímetros por debajo de la yema. Esto es para poder
desprender el “escudo” que la contiene.
Una vez obtenido el escudo, debemos colocarlo en el pie o patrón. Haremos un corte en “T” en el tronco a unos 15 o 20
centímetros del suelo de modo que el escudo pueda colocarse dentro del mismo. El corte no debe profundizar más que
hasta llegar al cilindro central, es decir, solamente cortando la corteza. La misma cubrirá al escudo que luego se atará
con cinta o rafia hasta que el tejido cicatrice.
En el injerto “a yema dormida”, si el escudo prendió, el pecíolo amarilleará y caerá, sino prendió se pone duro y negro. La
copa del pie se corta unos 10 centímetros por encima del lugar de injertación. Con la primavera el injerto brota y cuando
vemos que se esta desarrollando bien, eliminamos los 10 centímetros del pie que habíamos dejado.
Cuando injertamos “a yema despierta” las ramas yemeras las cortamos a mediados del invierno y las conservamos en
arena. Injertamos a fines del invierno y cortamos la copa a 10 centímetros por encima del injerto. A las dos semanas de
la brotación del injerto, debemos cortar la rafia o cinta con la que la sostuvimos para evitar estrangular a la planta. Una
vez que el brote vemos que esta creciendo bien, cortamos el pedacito de tronco que dejamos por encima del injerto.
A continuación el pie emitirá brotes que hay que eliminar salvo el de la yema injertada. El brote injertado puede ser
tutorado por el resto del tronco del pie por un tiempo. Una vez que el brote del injerto tiene buen desarrollo podemos
cortar el tronco por encima de mismo como se ve en el detalle de la figura. De esa manera evitamos la acumulación de
agua sobre la cicatriz del injerto.
Podemos injertar en un mismo pie más de un escudo. En ese caso los mismos deben dirigirse en distintas direcciones.
El o los brotes continuarán su crecimiento hasta llegado el reposo invernal.
MANEJO DEL CULTIVO
PLANTACIÓNLa época más propicia para realizar el transplante es en otoño.
El hoyo de plantación guardará relación con el tamaño de las raíces de la planta a transplantar. Generalmente tendrá 0,4
a 0,6 metros de profundidad. Antes de transplantar se cortarán las raíces que presenten daños o que estén de color
negro. Los extremos de las mismas no deben quedar mirando hacia arriba.
Al momento del transplante, al menos en el fondo de hoyo conviene colocar compost y eliminar las piedras presentes. La
cicatriz del injerto debe quedar  unos 10 centímetros sobre el nivel del suelo. Una vez tapado el hoyo, se pisará el suelo
alrededor de la planta. Esto es para mejorar el contacto de las raíces con el suelo. Finalmente, debemos regar la planta.
Se deberán cortar las malezas que crezcan alrededor del tronco para evitar que compitan por agua y nutrientes. La
mínima distancia puede ser de 8 a 10 metros entre hileras. Usaremos el mismo distanciamiento de 1,5 metros entre
plantas en la hilera. Convendrá colocar cortinas cortaviento para proteger a los árboles.
PODA
Los damascos pueden tener tres tipos de fructificación según en la rama en que lo hacen:
- Rámulos: ramas vigorosas de 30 centímetros o más que tienen yemas de madera y fructíferas agrupadas
- Brindillas: ramas de 10 a 30 centímetros que tienen algunas yemas florales
- Ramilletes: ramas muy cortas, con una yema de madera terminal y yemas fructíferas en forma lateral.
Existen distintos tipos básicos de poda según el objetivo buscado:
Poda de formación: Se realiza durante el reposo vegetativo. El objetivo es equilibrar el crecimiento de la copa con el de
las raíces. A las plantas se las podará para que tengan tres ramas principales o primarias. Este tipo de estructura se la
llama “vaso”.
Una vez finalizada la primera temporada de crecimiento la planta injertada puede encontrarse en dos estados diferentes
de desarrollo: 1) con ramas vigorosas que salen del tronco o eje principal, o 2) que no las tengan como se dan
generalmente. En ambos casos despuntaremos el eje de la planta a unos 0,5 a 0,8 metros medidos desde el suelo.
En el primer caso seleccionamos 3 o 4 ramas que serán las futuras ramas de primer orden intentando obtener una
distribución regular de las mismas como se muestra en la siguiente imagen: Eliminaremos las ramas “anticipadas”. Estas son ramas que se forman en el mismo año que la rama de la salen.
Si la planta frutal después de crecer durante una temporada no tiene ramas vigorosas vamos a tener que dejarla un año
más creciendo en el vivero. Vamos a elegir 3 o 4 brotes de 10 a 15 centímetros que se encuentren bien distribuidos
sobre el eje principal. Esto lo hacemos para que esos brotes se transformen en futuras ramas de primer orden. A cada
uno de eso brotes se le dejarán unas 2 o 3 yemas. Los otros brotes son eliminados con tijera o con un pellizco de uñas.
Para la próxima temporada estas ramas ya tendrán suficiente vigor.
Al año siguiente dejaremos sobre cada rama de primer orden 2 o 3 brotes. Estos deben estar preferentemente en la zona
media de la misma y dirigidos hacia afuera, es decir, hacia el exterior de la copa. Las ramas que se desarrollen a partir
de esos brotes serán las ramas de segundo orden.
En el caso de que aparezcan chupones, debemos eliminarlos. Este tipo de ramas que acabamos de mencionar se
caracterizan por ser muy vigorosas y por crecer de forma muy vertical. Sus entrenudos son muy largos y sus yemas son
de madera.
Al año siguiente, se seleccionarán ramas de tercer orden. Estas son las brindillas que darán fruta y que deben estar
orientadas en distintas direcciones pero siempre hacia el exterior de la copa. Puede ser necesario el raleo de frutos para
evitar la pérdida de vigor del árbol. Esto se recomienda sobre todo hasta que la planta tenga ramas con suficiente grosor
que sean capaces de aguantar el peso de la fruta.
La recomendación para el damasco es que durante el tiempo que tome la formación del vaso, tratemos de hacer la
menor cantidad de cortes de ramas. También se aconseja despuntar lo menos posible los rámulos y las brindillas. Si
hacemos caso a estos dos puntos, podemos adelantar la entrada en producción.
Poda de Fructificación: Los frutos son producidos por las ramas del año. Tenemos que dejar una cantidad que no sea
excesiva y que termine dando frutos muy chicos. Tampoco hay que ralear de más para que no caiga mucho el
rendimiento por árbol.
       Poda de mantenimiento: La misma consiste en una eliminación de algunas ramas para que penetre la luz hasta la parte
inferior de la copa y para evitar un desarrollo excesivo de las partes vegetativas que compiten con los frutos y con su
calidad. También se hace para estimular la renovación de brotes fructíferos.
Es importante la eliminación de material vegetal mal ubicado y/o que se encuentre en mal estado. También hay que
cortar los chupones. La época más adecuada para realizar esta tarea en durante el reposo vegetativo, es decir, el
invierno.
Se recomienda, en lo posible, podar después de la cosecha y antes de que la planta pierda las hojas. A este tipo de poda
se la llama “en verde”.
POLINIZACIÓN
En la planta encontramos flores hermafroditas, es decir que tienen ambos sexos juntos.
El damasco es una especie autocompatible, es decir que puede polinizarse a si misma. El polen es llevado por el
viento pero los insectos pueden colaborar en la polinización.
Foto 1. Frutos inmaduros todavía en crecimiento. ABONADO
Después de la cosecha normalmente se abona con fuentes nitrogenadas para favorecer el crecimiento de las raíces y la
producción de reservas para el ciclo productivo posterior. Cuando la planta está en sus primeros años aportamos los
abonos en torno al tronco. Posteriormente lo haremos en forma de anillo por debajo de la proyección de la copa.
COSECHA
A partir del tercer año podemos cosechar fruta. La producción ser irá incrementando con el tiempo y se puede considerar
que un árbol esta en plena producción aproximadamente al quinto o sexto año.
La cosecha se realiza durante el verano. El momento de cosecha está determinado por  el cambio de coloración de la
piel o epidermis. Esta debe virar del verde a un color amarillo. Conviene además evaluar la consistencia de la pulpa. La
misma no debe estar ni muy dura (inmaduro) ni muy blanda (muy maduro). Si se lo cosecha muy maduro se vuelve muy
sensible al magullamiento.
Un mismo árbol tendrá fruta para cosechar en distintos momentos. Esto significa que se deberá hacer más de una
pasada. En plena producción podemos esperar una cosecha de entre 30 y 60 kilos de fruta por árbol.
En general, se estima una vida poscosecha de unos pocos días y si la fruta se cosecho en días húmedos tiende a
conservarse menos tiempo.
Foto 2. Frutos maduros.
PLAGAS Y ENFERMEDADES
ENFERMEDADES  PLAGAS
 Roya
 Monilia
 Lepra
 Virus
 Cochinillas.
 Arañuelas.
 Trips.
 Mosca de la fruta.
 Taladrillo de los frutalesMÁS INFORMACIÓN EN…

12 comentarios:

  1. Hola, quiero plantar damasco en mi antejardin, que no es muy grande, es de 3x2 mts. Y me complica el tipo de raíz que pueda tener. Es un árbol de raíz muy invasiva? Será conveniente plantarlo en ese espacio. Cabe decir que en ese lugar se encuentra la cámara de agua. Muchísimas gracias de antemano por sus concejos.

    ResponderEliminar
  2. Hola, quiero plantar damasco en mi antejardin, que no es muy grande, es de 3x2 mts. Y me complica el tipo de raíz que pueda tener. Es un árbol de raíz muy invasiva? Será conveniente plantarlo en ese espacio. Cabe decir que en ese lugar se encuentra la cámara de agua. Muchísimas gracias de antemano por sus concejos.

    ResponderEliminar
  3. Hola. Yo hice un arbol de damasco de carozo y en 8 años no dio flor ni fruta. Porque sera?
    Vivo en santa fe. gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola¡! Necesitas plantar una Damasca, ya que necesita la hembra para polinizar y fructificar. Sino no da.¡!

      Eliminar
  4. Hola yo plante un durasnero hace 3 años pero resulta ser que d la misma raiz saliero 2 gajos mas y ahora tengo 3 plantas de la misma raiz y lo quiero transplantar pero no se si los debo separar

    ResponderEliminar
  5. Les cuento. Plante 3 damascos injertados y por 3 años no me dieron absolutamente nada,pero crecieron y se hicieron enormes. Sentía que todos se burlaban un poco,por mis grandes árboles sin frutos. Pero la paciencia tiene su recompensa.este año, su cuarto año en mi huerto. Tienen millones, de millones de flores.es lo más hermoso que he visto en mi vida. Espero que llegado el verano pueda disfrutar de su exquisita fruta. Pasiencia amigos

    ResponderEliminar
  6. tengo un damasco hace varios años, todo este tiempo me dado bastante fruta, pero este año no pasó nada. qué puedo hacer ?

    ResponderEliminar
  7. Hace tres años tengo una planta ,florece pero no da fruta, es verdad que hay que plantear dos ! Que una sola planta nunca da ?

    ResponderEliminar
  8. Como se planta la semilla en donde edta punteagudo o del lado no punteagodo ?

    ResponderEliminar
  9. Eso es siempre? Hice hace unos 4 años un Damasco también de semilla que nunca dio pero aún está en maceta, en qe época lo paso a tierra? Tiene un metro aproximadamente

    ResponderEliminar
  10. El problema es como hago para saber si la planta que tengo es damasca o damasco????????????

    ResponderEliminar
  11. Hola de una rama que le corte ala damasca puede salirle raices ala ramita o la planto directamente

    ResponderEliminar